-TANTO MONTA-
Breve historia de este escudo, un escudo que con todas sus componendas a veces se atribuye a una época de nuestra historia reciente que no le corresponde.
JOSÉ ANTONIO PARRA TOMÁS
José Antonio Parra en Asociación la Tortuga de El Charco
1/26/20255 min read


Me encontraba visitando el palacio de la Aljafería de Zaragoza, y en el frontal de una de sus puertas figura el escudo de los Reyes Católicos, y alguien de un grupo que iba detrás de mí, hizo un comentario admirado: “¡Anda! ¡El escudo de Franco!”.
Y es que en temas históricos de esta España nuestra, estamos algo flojos y dejamos mucho que desear. No sabemos ni lo que vemos y, lo que es peor, ni siquiera nos preguntamos sobre los “porqués” de las cosas.
Como me alejé del grupo, ignoro si el guía del mismo, le explicó al citado individuo, el significado del yugo y las flechas. Os cuento.
En la antigua Frigia, actual territorio de Turquía, una población no tenía gobierno, ya que debido a un oráculo, esperaba la llegada de una persona que habría de ser su rey. Conocerían al elegido cuando en la ciudad entrara un hombre sobre cuyo carro estuviera posado un cuervo.
Un día, sucedió lo esperado. Un modesto labrador llamado Gordias apareció montado sobre una carreta tirada por dos bueyes. Sobre ella se había posado un cuervo. Los habitantes lo reconocieron de inmediato y no tardaron en nombrarlo rey. Para agradecer a los dioses el alto destino que le habían concedido, Gordias ofreció su carro a Zeus situándolo en lo más alto de la ciudad. Lo sujetó a un muro atando la vara o lanza del carro al yugo con un nudo tan complejo que sus cabos quedaron en el interior imposibilitando su agarre. Cuantos intentaban desatar el nudo fracasaban. En torno a este hecho insólito, con el paso del tiempo se fraguó una leyenda: aquél que fuera capaz de desatarlo, conquistaría Asia.
Muchos años después, en el 334 a.C., Alejandro Magno, que conocía la leyenda, antes de iniciar la guerra contra los persas, cruzó el Helesponto (estrecho que separa Europa de Asia, hoy llamado estrecho de Dardanelos), conquistó Frigia y llegó hasta la ciudad. Una vez frente al carro se desencadenó una tormenta seca con abundancia de rayos. En ese momento, sin pensarlo más, desenvainó su espada y de un poderoso tajo cortó el nudo soltando, así, el carro del lugar donde Gordias lo había atado mucho tiempo atrás.
El asombro fue general. Mirando a sus tropas orgulloso, Alejandro pronunció unas palabras que han perdurado a través de los siglos: "Tanto monta cortar como desatar" o, lo que es lo mismo, "tanto vale cortarlo como desatarlo". En este punto, os aclaro que el término "monta" es sinónimo de "equivalencia", al tratarse de una estimación cuantitativa como se recoge en la cuarta entrada de la RAE referida a esta palabra. Desde entonces, deshacer un nudo gordiano se aplica a una situación que prácticamente no se puede resolver.
Damos ahora un salto de 1800 años y llegamos al reinado de los Reyes Católicos. Estamos en pleno Renacimiento. Fernando el Católico, amante del mundo clásico se deleita con relatos como éste. Quizá el gramático Antonio de Nebrija tuvo algo que ver en parte de la formación clásica del rey Fernando y fuera quien le relatara ésta y otras leyendas. Impresionado, Fernando recurrirá a este relato para componer el escudo, que fue establecido en el primer acto de gobierno de Fernando e Isabel el 15 de enero de 1475, incluido entre las disposiciones de la Concordia de Segovia.
El escudo está presidido por el águila de san Juan, cuyo evangelio era el preferido de Isabel la Católica, al mismo tiempo que el águila es uno de los símbolos más antiguos, especialmente de los imperios o países que abarcan amplias zonas debido a que es el ave reina del cielo que, desde lo más alto, puede dominar un amplísimo territorio, sin ser sometida por ninguna otra ave.
En el escudo se fueron incorporando diversos elementos heráldicos a medida que los Reyes Católicos adquirieron nuevas posesiones: escudo de Castilla, León, Aragón, Granada y Navarra. Y aquí entra en acción Alejandro Magno, pues en la parte inferior izquierda aparece el yugo, que dejó atado Gordias, suelto ahora, ya que sobre él podemos ver la cuerda rota, gracias al tajo que Alejandro dio con la espada. Y lo más curioso es que, cerrando la parte inferior, observamos la divisa "Tanto monta" que utilizó Alejandro después de cortar la cuerda.
Se cuenta que un día, siendo joven Fernando, se quedó muy impresionado por un consejo que le dio su maestro de armas, teniendo a la vista varias flechas dispuestas en el suelo. Recogiéndolas y haciendo un haz con ellas atadas por una cuerda, le explicó que la fuerza se multiplica gracias a la unión. Este relato también gustó al rey Fernando, que pensando en la unificación llevada a cabo por varios reinos hechos en compañía de su esposa, la reina Isabel, decidió situar, en la parte inferior derecha, el haz de flechas sujetas por una cuerda. Se dio, además una coincidencia: la inicial de "yugo" es la "Y" con la que frecuentemente, por entonces, se escribía el nombre de Ysabel, y a la derecha las flechas cuya inicial, la "F", se correspondía con el nombre de Fernando.
Damos ahora otro salto de casi cinco siglos, y un partido político creado en 1933, la Falange Española, tomó como símbolo de su estandarte el yugo y las flechas, en una España que temían que se descosiera por los nacionalismos. Después de la guerra civil, Franco decidió retomar para el escudo de España el yugo y las flechas conmemorando con su triunfo bélico la reunificación política del territorio español.
También se añadió el lema primitivo “Tanto monta”. La versión popular de "Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando"; es una invención que no figura ni en este blasón ni en ningún otro, pero que fue la que nos enseñaron en los colegios cuando éramos críos y que, como buenos pícaros, le dábamos otro sentido.
El régimen de Franco idealizó e idolatró el reinado de los Reyes Católicos, puesto que para el mismo fueron ellos quienes habían llevado a España a la gloria y a su completa unidad.
Por eso, no todo escudo con yugo y flechas, que veáis en la fachada de algún edificio histórico cuando viajéis por España, corresponde al régimen de Franco, sino que seguramente, en la mayoría de las ocasiones, esté haciendo referencia a los Reyes Católicos. Y ellos, por mucho que Franco los usara como símbolo de su régimen, no tienen la culpa del manoseo posterior que se les hizo.
Después, años más tarde, llegó la transición y el escudo fue modificado, desapareciendo de él tanto el yugo como las flechas. Las “cabezas pensantes” supusieron que con ello se quitaban las huellas de la Falange, y el yugo al que también consideraban como emblema de sumisión de los países conquistados en un alarde de desconocimiento del mundo clásico. Lo cierto es que, también, se rompía el largo, sutil y silencioso nexo con Alejandro Magno, uno de los personajes más admirables que han pisado este mundo.
Para acabar, quiero resaltar que escritores de la época como Miguel de Cervantes, hicieron referencia al nudo gordiano. Así, en la segunda parte del “Ingenioso caballero don Quijote de la Mancha”, lo hizo de la siguiente manera: “[El matrimonio] es un lazo que, si una vez le echáis al cuello, se vuelve en el nudo gordiano, que, si no le corta la guadaña de la muerte, no hay como desatarle”.
José Antonio Parra Tomás
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