EL CALDERÓN ZARZUELERO

La zarzuela, esa forma de teatro musicado, tan española, nace con Calderón, llegando en algún caso a ser ópera. D. Pedro Calderón de la Barca, además de hombre que vivió 81 años, muchos para la época, fue soldado, dramaturgo y sacerdote y sus obras reflejan la pasión por la vida propia de quien tanto vivió.

LORENZO PIRIZ-CARBONELL

Lorenzo Piriz Carbonell en Asociación la Tortuga de El Charco.

8/8/20253 min read

“El Calderón Zarzuelero”

Del ínclito Don Pedro Calderón de la Barca en España solo nos acordamos de él cuando creemos que alcanzó fama y fortuna con eso de “que la Vida solo es Sueño y los sueños, sueños son”.

Para nuestra vergüenza cañí he de decir que afortunadamente no hay Universidad extranjera y no solo occidental, pues en Japón y en Israel lo veneran literariamente, cualquier academia africana, Norteamericana y hasta marciana si la hubiese, tiene cursos especializados en estudiar y enseñar su poesía, su teatro y su importancia en la influencia sobre las literaturas francesa e inglesa de su tiempo, pues fue muy copiado por gabachos como Corneuille o como sajoncillos anglicanoides seudo-shakespirianos. Pero sin ambages a lo nuestro. Este Calderón no solamente escribió modificando los estilos teatrales de la época tan trapaceada por Lope de Vega (quien le odiaba, claro) sino que estableció la psicología de los personajes con seriedad tanto cómica como moral. Sus escritos son diversión y filosofía, añadiéndole que sus obras son teatro en su entera significación. ¿Y porque escribo todo esto si en el anuncio de éste escrito lo llamo “zarzuelero”? Pues sencillamente porque sin un texto suyo -y después otros mas- la Zarzuela como género musical español por antonomasia no habría nunca existido. Es más, Calderón fue el que firmó el acta de creación del teatro musical español el 17 de enero de 1657 al representar la primera "zarzuela", El golfo de las sirenas, que entonces se llamó égloga piscatoria, en un lugar llamado La Zarzuela adonde se solían desplazar las compañías teatrales para solazar a los reyes. Era una pieza en un acto con canto y música, y por el lugar este género de obras se llamaría en lo sucesivo zarzuelas. De estas escribió además El laurel de Apolo y La púrpura de la rosa, esta última, también en un acto, ya una verdadera ópera aunque todavía muy breve. Su autor la denominó "representación música”.

Pero este personaje, Calderón, nunca se piense que fue ningún meapilas o algo por estilo. De estudiante muy juerguista pues las faldas y miriñaques lo volvían esquizofrénico. Cuando su familia le impulsaba al sacerdocio, respondió metiéndose a soldado de batallas ganadas y perdidas y de varias heridas que le llevaron incómodo toda su vida. Fue un gran dramaturgo, quizá el mas grande que ha parido España en su cacareado Siglo de Oro. Escribía sus obras, las producía como podía y las escenificaba ganando el dinero a espuertas, las mismas por las que lo derrochaba. Y es que en la época calderoniana las mujeres eran tan caras como siempre, digo las de pata suelta, que haberlas siempre las ha habido. Escribió mas de 150 obras y Autos Sacros pero por encima de todo eso fue un español fiel a su patria de tal manera que cuando murió, nada tenía, pero el decía que con su España le bastaba.

Cuando estrenó su “zarzuela” prima contó con el músico Juan Hidalgo. Triunfaron con la novedad que difería de la opera italiana en que además de pegadiza era entendida en castellano puro y duro. El pueblo la hizo popular y el mundo la inmortalizó para siempre jamás. Cuando Calderón murió le enterraron sin pompas en una iglesia, la de San Salvador, en Madrid. Luego por incendios y saqueos de la misma sus restos no se sabe a ciencia cierta donde están, si es que están. Y es que en España adoramos protectoramente lo árabe y execramos lo nuestro. Un día aprenderemos a valorarnos como lo hacen los de afuera. Pero hoy la Zarzuela vive, entretiene, respira, enseña, y sobre todo clama que por los españoles siempre hemos sido inventores y eso sí, aunque algo tontos. Calderón de la Barca nunca lo fue. A ver si aprendemos un algo de él. ¿Lo haremos? Claro que si, pues “toda la vida es sueño, y los sueños ,sueños son.

Lorenzo Piriz Carbonell