EL PENTAGRAMA Y LAS NOTAS MUSICALES-
Los idiomas son instrumentos para la comunicación. Hablamos el idioma de nuestros padres para poder comunicarnos con ellos y son grandes herramientas que permiten de una forma sencilla compartir conceptos complejos, abstractos a veces. Sin un idioma bien estructurado transmitir sentimientos como el amor sería prácticamente imposible. Las notas musicales en un pentagrama son "simplemente" eso, un idioma universal que comparten aquellos profesionales que deben entender con precisión el concepto "amor" que ha sido expresado por el creador de la partitura. Por lo tanto su conocimiento debe ser perfecto. Pero por otro lado está el desconocimiento por ejemplo del inglés y la capacidad de cualquiera de nosotros que no lo hable, de poder disfrutar de una bella canción cantada en ese idioma.
LORENZO PIRIZ-CARBONELL
11/25/20256 min read


“El Pentagrama y las Notas Musicales”
Con eso de ir cumpliendo años y alcanzar la decrepitud mental absoluta, que viene a ser como una especie de carrusel donde según el caballo genético que te toque montar, así llegas al final del ciclo vital con mayor dignidad corporal o convertido en un guiñapo de ser lo que un día fuiste. Cosas de la genética, que es una lotería cromosómica todavía no explicada por la ciencia o lo que se quieran inventar.
Y yo, que ya he cruzado todas las líneas rojas de los calendarios habidos y por haber, me ha dado por reírme un algo del tiempo y sus tiempos y un mucho de eso de ser mayor terceredatista (vaya palabro que me he inventado) porque según mis amigos, ya de pequeño jugaba a la sombra de las Pirámides, con el inválido Tu-Ank-Amon y siempre vigilado por su madre la Nefertiti de los asalta tumbas y otras leyendas arqueológicas todavía por constatar.
Por esto viene a cuento el por qué con eso de hacerme mayor he dejado de tener algunos amigos (los difuntos no cuentan) y conocidos (de estos a cientos por eso de los intereses creados) pero a cambio, y aunque algo tarde, he podido tropezarme y agenciarme con nuevos amigos, ganando con ello muchísimo, pues si los antiguos resultaron volátiles, estos de ahora son mas de fiar y así de entre y con estas nuevas personas, he tenido la suerte de hacer buenas migas.
Y ejemplarizo con uno en particular, inteligente, contestatario, ilustrado, con ganas de vivir, también honrado (rara avis hoy en día) hombre de esos que todavía se visten por los pies, divertido y sensible a las artes, a las historias y a las culturas de nuestro casi des-universalizado mundo. Su mayor cualidad es su ecuanimidad (algo Aristotélico sería lo justo) y su mayor defecto es tenerme a mi como reciente amigo. Se llama Francisco, pero yo lo trato como Paco. Y este amigo Paco resulta ser que es un forofo del gran tenor italiano Pavarotti, que además de haber sido un glotón y mujeriego, nos llegó a regalar inolvidables momentos con su arte, su voz y su aventurera vida teatral. Pero es así que un buen día, este Pavarotti hace una declaración que deja asombrado a medio mundo musical. Dijo: “esta es la hora que todavía no he aprendido a leer el pentagrama”. Sí, es verdad que Luciano Pavarotti no sabía leer el pentagrama de forma convencional, una afirmación que él mismo confesó en 1997. En su lugar, utilizaba un sistema de símbolos y líneas de colores que anotaba en las partituras para recordar la melodía.
A pesar de esta limitación, su oído para la música era tan excepcional que nunca se equivocaba, según se comentaba. Sin embargo no todos, ni creo que ningún o algún otro, tuvo la ocurrencia de inventarse su propia escritura musical. La notas musicales se crearon para ser parte de un vocabulario armónico y tonal que sirviera para cantar las melodías escritas por los compositores de todos los tiempos y desde que el primer cantor gritó sus emociones con una armonía sonora. Y así nacieron las llamadas Notas Musicales, que son el arte y la parte de lo que se plasma por escrito con los sonidos vocales e instrumentales, en una verdadera ecuación de líneas y gráficos conocidas como Pentagrama. Y a mi amigo Paco lo quiero tranquilizar diciéndole que su Pavarotti con pentagrama leído o sin el, ha sido uno de los mas grandes cantantes que la Opera y la Lírica ha tenido en nuestra cultura generacional. Pero llego aquí al punto que me gustaría explicar que es todo esto del Pentagrama y sus Notas Musicales.
La notación musical ha tenido modificaciones desde la composición más antigua que se conoce de la historia. Siete notas musicales principales son las que aparecen en el pentagrama y se escriben para componer canciones: do, re, mi, fa, sol, la sí. Desde pequeños, nos han enseñado estas siete sílabas en clases de música, así como aquellos que estudian solfeo en conservatorios también las tienen más que presentes. Pero, ¿de dónde vienen los nombres de las notas musicales y por qué se llaman así? Su origen, sin duda es uno de los grandes desconocidos. Y lo cierto es que no han tenido esa denominación a lo largo de la historia, sino que se considera al monje benedictino italiano Guido de Arezzo, nacido en el siglo X, el padre de la notación musical. Fue quien diseñó un método para que los cantos gregorianos se memorizaran más fácilmente. Hasta la fecha en la que apareció el actual sistema, las notas se conocían mediante las siete primeras letras del abecedario, de tal manera que sus nombres eran A, B, C, D, E, F y G.
No obstante, la letra A correspondía a la actual La, y la letra B, a Sí, siendo la letra C la correspondiente a Do. El orden en el pentagrama era pues C, D, E, F, G, A, B. Un sistema que provenía de la antigua Grecia, comenzando por "alfa" y terminando por "gamma". Guido de Arezzo era maestro en la escuela catedralicia de Arezzo, en la Toscana italiana y florentina. Para que los cantos gregorianos fueran memorizados más fácilmente, decidió cambiar la nomenclatura griega de las notas y diseñar una nueva notación. Arezzo tomó las primeras sílabas de cada hemistiquio (o parte de un verso) del Himno de San Juan, ya que casi todos los versos empezaban por una nota diferente en orden ascendente. En verdad, la denominación primera de la inicial escalera de notas musicales fue el conocido "Ut". Más tarde, "Ut" terminaría siendo sustituido por "Do". Y así las notas nacen con sus alfabéticos nombres hoy ya conocidos.
Pero ¿Cómo se inventa el artilugio que permite que las notas musicales adquieran orden, valor, sintonía, tonos, además de especificidades en la textura de sus interpretaciones sonoras, tanto en tiempo como en espacios.? Y es cuando nace y hace su aparición anónima el Pentagrama. Para crear el pentagrama se dibujan cinco líneas horizontales paralelas y equidistantes que sirven de base para escribir notas musicales. La clave de sol, que se coloca al inicio, determina la altura de las notas en las líneas y espacios, que se cuentan de abajo hacia arriba. Lo mismo con la después descubierta clave en Fa.
La duración de cada nota se indica mediante figuras musicales. Este sistema permite que los músicos puedan interpretar rigurosamente los diferentes aspectos de la música, como la altura (frecuencia) de las notas, la duración de las mismas, la dinámica (intensidad) y otros matices importantes para una ejecución adecuada. Y hasta aquí llega la historieta, que en los cuentos y el contarlos, el aburrir es evitarlos. (Si, ya lo se, que me salió pareado, el inevitable Poeta que uno lleva dentro).
A mi amigo Paco, como al casi total de los melómanos, creo que lo de la génesis del como y el porque de las Notas Musicales y sus ordenanzas les tiene que traer muy sin cuidado. De esto que se ocupen los músicos, musicólogos y toca-flautas de feria, pues para eso Eutherpe, Persífone y otras diosas del Parnaso, les ha dotado la genial creatividad de producir el arte musical. Lo importante no es ni lo que se compone, ni lo que luego se interpreta, si no lo que se siente de éstas magnificas creaciones del hombre musical y se deposita en el corazón, que es ahí donde el conocimiento lo sabe dilucidar por eso que tenemos llamado el alma y disfrutarlo.
Se llama emotividad y de eso estamos mas que sobrados sin conservatorios, ni escuelas de solfear. Yo admiro a mi amigo Paco, que sabe disfrutar con una “Carmen” del Bizet franchute, sin tener que saber si la popular Habanera fue copiada de una canción de nuestro Iradier y que si comienza con un Re Mayor o cualquier otra nota desafinada, o que si el idolatrado Pavarotti, lo que entonaba magistralmente en el “Nessun Dorma” del pucciniano “Turandot” era un Do sostenido mayor o simples impostaciones diafragmáticas de una Nota Natural. El hombre, yo, mi amigo Paco y los demás locos por la música, sabemos que lo importante en el Arte, en cualquiera de sus variadas manifestaciones, es disfrutar placenteramente y punto, porque lo del conocer, ya el cerebro tan gris, tan circunvalado de frías neuronas automáticamente se va ocupando de esos conocimientos y su mecánicas del regocijarse sabiendo, imaginando o simplemente soñando. Y en concreto es así como encontramos diversión en el arte, sin tener que machacarnos con la pedantería del conocimiento. Y es así como vivimos y así también como por un instante nos hacemos únicos, irrepetibles y sobre todo humanos.
Y colorín, colorado, que ésta historia ha terminado.
Lorenzo Piriz-Carbonell
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