LAS MUJERES SABIAS

El teatro con mayúsculas puede ser entre otras cosas un reflejo de la sociedad del momento. Esa sociedad tendrá vicios y virtudes, y ese teatro se encargará de sacarlas a la luz con el consiguiente problema asociado. Le sucedió a Moliere en muchas de sus obras. En la que da título al artículo, Moliere contrapone el comportamiento intelectualmente pretencioso de algunas mujeres de la alta sociedad, contra la libertad de la mujer de desarrollar su inteligencia, así como otras libertades, enmarcadas siempre bajo la autenticidad y la sensatez.

LORENZO PIRIZ-CARBONELL

Lorenzo Piriz Carbonell en Asociación la Tortuga de El Charco.

7/30/20254 min read

“Las Mujeres Sabias”

Allá por 1963 cuando se creó el “Grupo de Teatro Experimental de Sitges” me encargué de inaugurarlo con un “Calígula” de Albert Camus que Premio Nobel y muerto en carretera en 1958 ya constituía para mi una influencia ideológica y literaria que aunque he ido modificando y adaptando con el correr de los tiempos aun siguen reinando en mis ensueños y estilos literarios. Consecuentemente con la Compañía Experimental (Luego “La Cubana”) seguimos llevando a nuestras tablas sitgetanas un “Don Juan” pero no el de Moliere, que era muy anticlerical, sino el Tenorio zorrilesco que a pesar de sus ripios también era Teatro que merecía la pena actuar y mejor disfrutar. Y le siguieron Autosacramentales, Comedias de Alfonso Paso, amen otras de mi autoría y yo como por entonces andaba de estudios universitarios con un pie en Cataluña y otro en Salamanca, acabé saliéndome con la mía y me enfrenté al reto de escenificar una obra de Moliere, por entonces muy prohibida en España, su inigualable “Tartufo” y de esa única representación pues la Censura solo me dio permiso para una sola función, se me quedó grabada en mi cerebelo una frase sobre la envidia que tanto su autor sufrió por culpa de sus constantes éxitos teatrales y por el defectillo genético que la humanidad adquiere al nacer sin distinciones algunas ni de raza, genero o religión, pues en verdad se viene al mundo tanto con nariz y genitales como la inclinación incontrolable a veces de envidiar, todo aquello que porque no se tiene lo tienen los demás. Y la frasecita escrita por Moliere dice: “ La virtud en el mundo siempre es perseguida; los envidiosos morirán pero no la envidia” Entonces comprendí a Moliere, su obra, sus genialidades, sus atrevimientos, sus defectos mas humanos -como los míos- y sobre todo que para ser en este mundo algo, algún alguien te tiene que envidiar y hasta odiar en nombre y poder de su propio complejo de inferioridad. He conocido muchos envidiosos hasta de mis malas obras teatrales, pero siempre comprendiendo que a la mediocridad solo puede contestarse con indiferencia. También eso aprendí de la vida y aventuras del inmortal Moliere. Pero seguido de aquel único “Tartufo” y porque vio aquella representación mía, me hice amigo de un por entonces y añado para siempre Director Teatral y Actor -que lo era y bueno- llamado Miguel Narros, que en el Teatro Español de Madrid ya le habían aprobado (ay, estúpidos censores mas pacotilleros de la Falange que lectores literarios) la puesta en escena de un Moliere que en su día fue un escándalo francés y por ende condenado por la Curia de los gabachos creidores que no creyentes y de titulo “Las Mujeres Sabias”. Me invitó a verla y a verla fui para admirar un maravilloso montaje donde aprendí de Narros como un Teatro era en si una universidad y que Moliere era mas que un autor, un clarividente social sempiterno. Comprendí los avatares que desde siempre atravesaba la mujer en una sociedad que ella misma permitía y hasta disfrutaba. Degusté entusiasmado la comedia y me di cuenta de que en este mar proceloso de la escritura teatral, tenia un espacio sideral para aprender que la crítica social por medio de una comedia, también sirve para enseñar al mundo que el hombre y la mujer son los mismo, sin diferenciarlos, porque la pose de decir que se sabe lo que nunca se ha de saber, es como la biblia de los intelectuales de todos los tiempos. Y Moliere lo describió allí magníficamente.

A Moliere los siglos le han dado la razón, pero me parece que cuando vivía ya conocía que las mujeres que decidían ser personas ya destacaban en esa misma sociedad que su comedia criticaba. En su época muchas féminas destacaron por sus talentos e inteligencias. ¿Digo nombres? Pues que yo todavía recuerde hay un fabuloso catálogo donde para comenzar destacan Madeleine Scudery novelista y una especie de influencer parisina de su época, Madama Lafayette cuyo libro “La Princesa de Cléves” me hizo saber que el amor, el matrimonio y la moralidad eran ya en su tiempo pura psicología preconizada de lo que hoy tenemos por moderna, y la erudita Anna Docier, traductora de la Odisea Homérica desde el griego clásico con apuntes al margen que son un verdadero derroche de intelectualidad y por supuesto sin olvidar a Francesca Caccini, compositora de operas y sonatas, maestra de cantantes y reconocida interprete del laúd donde su fama llegaba hasta la corte del Rey Sol, a quien le encantaba danzar al ritmo de sus partituras divertidas y graciosas. Y aunque hay muchas más, estas han de ser el áureo botón de muestra de lo que ya desde entonces la mujer que quería ser lo era, así de sencillo. Y Moliere las plasmó en su obra de marras con un sentido crítico de las poses memas de una época de pelucas empolvadas y maquillajes cuarteados por falta de higiene. Finalmente el futuro le dio la razón, aunque sus coetáneos le desecraron sus trabajos por envidia francesa que es peor que la española, que ya es decir.

Pero en verdad Moliere fue un dramaturgo, sociólogo teatral, inventor y creador de la Comedia Francesa, introductor de la danza y el canto en sus melodramas como lo es “El Burgués Gentilhombre” y un gran actor que interpretando su propia obra “El enfermo imaginario”, ya enfermo de tuberculosis, en el ultimo acto tuvo un ataque de hemoptisis que le llevó casi allí mismo a la inevitable muerte. Que gran suerte tuvo al morir haciendo lo que nació para saber hacer. Cuando murió sus amigos le penaron y sus enemigos cuatro caras hicieron el paripé de llorarlo. Pero como solía decir Jean Baptiste Poquelin de sus críticos (hoy serian progres) "la hipocresía es el colmo de todas las maldades”. Y como sabemos, los envidiosos en todos sus géneros son obra de la maldad y practicada por los malos. En el “Avaro”, obra muy aplaudida en su estreno, este genial teatrero de todos los tiempos escribe: ”Morimos solo una vez pero duramos mucho tiempo” En vista de lo cual yo también quiero ser Moliere.

PD-: Puntos y comas y demás reglas gramaticales permitidas por la RAE han sido tenidos en cuenta en la redacción de este panfleto...aunque sin mucho rigor. La lengua española es hermosa, flexible y viva. Respira, luego existe. ¿Vale?

Lorenzo Piriz Carbonell