LO VASOVAGAL EN EL TEATRO

Ya sabemos que los profesionales tienen su propio lenguaje para definir sus cosas, el lenguaje técnico y el resto, tenemos nuestra manera de llamarlas, que también funciona, al menos cuando hablamos entre gentes de una misma tierra. Por eso en Murcia, si decimos que a alguien le ha dado un "paparajote", todos tenemos claro que se ha puesto malo, pero de qué? Vete tú a saber... quizás sea un efecto vasovagal.

LORENZO PIRIZ-CARBONELL

Lorenzo Piriz-Carbonell en Asociación La Tortuga de El Charco.

10/5/20255 min read

“Lo Vasovagal en el Teatro”

!”Estaba hablando conmigo y de repente se ha caído, desmayado”! Frase repetida por los espantados nerviosos ante el suceso. Pues cuando esto ocurre, y la gente que todo lo sabe por eso de la ciencia infusa tan de moda tertuliana, televisiva, de mediocridad suprema hoy, dicta a modo de diagnóstico infalible un colapso cardiaco, o un ictus, o que vio en sueños a su madre ya fallecida que se le aparecía y le decía que había vida después de la muerte. Vamos, una novela de ciencia ficción ante un hecho que tiene una explicación muy natural. Lo sucedido se le llama lipotimia, o soponcio, o pajareta, pero realmente en medicina se le conoce muy bien como Síndrome Vasovagal. Me imagino que el que está leyendo esto ya me está estigmatizando con eso de que el articulillo va a tratar mas de medicina patológica, que de una cosa tan literaria como de un común hecho social en nuestras vidas y que yo me empeño en explicar. Pues va a ser que no es así. Voy a escribir tratando sobre las lipotimias como vulgares desmayos muy imprevistos, pero tan inicuos como las naturales causas que lo justifican. Aun así tengo que advertir que para hacer esta charla escrita mas amena le he de echar mano a los conocimientos de medicina que tengo por estudios y no lo puedo evitar. También, al hacerlo, le hago caso a una asidua lectora de estas gacetillas mías que el otro día, charlando sobre otra publicación referente a un tema neurocerebral, me apostilló que en ello no explicaba del todo el trastorno patológico y que no daba mas detalles sobre lo que trataba de explicar y me recomendó que sería mas ameno, si me extendiera mas en las causas y pormenores científicos de los temas que trataba, cuando lo hacía con asuntos sanitarios, por supuesto.

Este tema trata un algo sobre un peculiar efectismo del cerebro y haciéndole caso a mi lectora prometo ser un poco mas detallista en la temática sin dejar de explicar el objetivo de la misma . Espero no aburrir. Y al grano que voy. Comienzo diciendo que en nuestra estructura cerebral tenemos una especie de “jardín de las maravillas” en forma de Sistemas Nerviosos, a uno lo llamamos Central, a otro Simpático y al último definitivamente sorprendente, Parasimpático. En el Sistema Central tenemos un bulbo raquídeo de donde emergen descendientemente por toda la columna vertebral doce Pares Craneales, o Nervios especializados en darle a conocer al cuerpo humano que son una especie de Ministros donde el Presidente es el Cerebro. Y uno de esos Nervios le denominamos Vago o Neumogástrico. Aquí nos quedaremos con la acepción Vago. Pues este Vago realmente no lo es tanto porque trabaja en importantes funciones corporales. En términos científicos, el nervio vago es el componente principal del sistema nervioso parasimpático, que controla las funciones y actos involuntarios de nuestro cuerpo. Científicamente, el nervio vago es el componente principal del sistema nervioso parasimpático. Por lo tanto, si el nervio vago es esta vía de comunicación con sensores que envían señales desde el cuerpo hacia el cerebro, esto puede tener un impacto directo en nuestra mente, nuestros pensamientos y tal vez incluso en nuestros sentimientos.

Los síntomas de disfunción del nervio vago incluyen problemas digestivos (dificultad para tragar, náuseas, hinchazón), alteraciones del ritmo cardíaco, dificultades respiratorias, cambios en la voz, mareos y fatiga, y síntomas emocionales como ansiedad. El síncope Vasovagal, o lipotimia, es un desmayo común causado por una respuesta exagerada del sistema nervioso que reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial, disminuyendo el flujo sanguíneo al cerebro. Factores desencadenantes incluyen el estrés, el dolor, ver sangre, o estar de pie mucho tiempo, provocando síntomas como mareos, náuseas y palidez antes de la pérdida de conciencia. Aunque generalmente inofensivo, es importante consultar a un médico para descartar otras causas y para recibir consejos sobre cómo evitar episodios similares. Y ahora seré mas popularmente claro: las causas del síndrome Vasovagal son principalmente factores desencadenantes que provocan una respuesta exagerada del sistema nervioso autónomo, como el estrés emocional o físico intenso, el miedo, el dolor fuerte, la visión de sangre, el calor excesivo, el estar de pie mucho tiempo o un esfuerzo físico. Esta reacción desproporcionada resulta en una bajada de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, lo que reduce el flujo sanguíneo al cerebro y causa un desmayo transitorio. Y aquí se acaba la perorata médica. Supongo que el lector todavía a estas alturas no ha llegado al soponcio intelectual. Y presumiendo de que no, paso a contar un ejemplo de como el proceso Vasovagal afecta directamente la vida social normal y usaré para esto una divertida aunque casi apabullante anécdota que me sucedió en cierta ocasión cuando ejercía de teatrero. En 1995, en el Teatro Romea de Murcia, la Compañía “Tespis” estrenaba por Navidades una función, “La Bella Durmiente” en versión mía y que habíamos artística y meticulosamente preparado con mucha expectación popular. Como era una función para niños y padres acompañantes el estreno estaba previsto para las cinco de la tarde. El aforo del Teatro lleno a rebosar. Grandes y ruidosas, a veces gritonas, alegrías. Mientras tanto, en los camerinos los actores se preparaban. Había nervios. Pobre del actor que no sufra de culebrillas estomacales segundos antes de que el Telón se levante. Existe el riesgo inesperado de ser asaltado por lo que llamamos Pánico Escénico, es decir miedo a salir al escenario, actuar, valer para lo que Talía Diosa muy exigente espera que de ti no solo hagas, sino que demuestres. Pues sucedió que faltando cinco minutos para que sonara la obertura que daría paso al alzamiento del Telón me comunican con urgencia que la actriz protagonista esta padeciendo un desmayo, en su camerino, tirada en el suelo, respirando mal, sin consciencia y desmayada hasta decir no mas. Llegué corriendo y enseguida me di cuenta de que la chica estaba desarrollando un desmayo común auspiciado por el Síndrome Vasovagal, proyectado por un miedo excéntrico, tipo ansiedad y nervios descontrolados y quizá por una falta de hidratación. Le bañé el rostro con agua, la hice respirar taponándole la boca con un cartucho de papel donde el propio anhídrido carbónico de sus exhalaciones respiratorias compensaron de inmediato la deficiencia motriz haciéndola despertar y asunto, con susto, concluido. La actriz se declaró lista para salir a escena. La obertura había terminado y al levantarse el Telón ella estaba allí dispuesta a demostrar lo buena actriz que era. Y lo hizo. Y todo salió de triunfo. Yo lo llamo cosas del teatro y sus milagros. Pero que tuvo una crisis Vasovagal, bueno, eso ni dudarlo. Este espectáculo del neumogástrico lo acusan los que se desmayan no solo antes, o en y dentro de un escenario, también lo padecen los que tienen terror al ver sangre de una herida, o los que al ver una aguja de inyectar atacándoles vía enfermera impertinente ( todas lo son) se desploman sin decir ni mu, y también en los casos de abandonos románticos donde la novia se ve plantada en el altar porque el novio se ha largado en plan fuga y crucero, con el mejor amigo o con la hermana de la madre de la abuela o cualquier chorrada de esas que luego lees en la intelectualizada prensa de hoy. Concluyo diciendo que es nuestra naturaleza la gran sufridora de los experimentos de sus respectivos sistemas nerviosos. Y como he demostrado, sin cansar mucho, este es el Summun Artis de los desmayos. Confieso que al escribir este articulo casi estoy por desmayarme pero creo que mi Sistema Vasovagal estaba dormido y me he librado. Suerte que tiene uno.

Lorenzo Piriz-Carbonell