NEUROPLASTICIDAD Y AMISTAD

Seguramente todos tenemos claro que la soledad no es buena, ni tan siquiera esa cacareada soledad buscada y deseada. Tampoco parece una buena solución la compañía que no queremos, quizás esta última sea más perjudicial, pero también está claro que en condiciones normales, una buena compañía, una compañía que se transforma en amistad, es lo que realmente nos llena y no sólo eso, la sana amistad, nos da la vida.

LORENZO PIRIZ-CARBONELL

Lorenzo Piriz-Carbonell en Asociación la Tortuga de El Charco.

9/24/20253 min read

“Neuroplasticidad y Amistad”

Hablemos de un par de cosas que la vida contiene cuando vivimos hasta que se nos acabe el combustible y la relación importantísima que en ello impera la amistad. Y para esto no quiero dar lecciones de neuro medicina, ni de filosofía aristotélica, sino comentar reflexionando algo que me sucede como a los demás congéneres cuando llegado a cierta edad, los que te rodean siempre preguntan: ¿pero esa es la edad que realmente tienes? para luego parafrasear eso tan majadero de “pues quien lo diría, no lo aparentas”. Y así quiero explicar sin demasiados conceptos médicos, mas sencillamente, el porque nuestro envejecimiento depende tanto de las funciones cerebrales que a su vez dependen de la amistad per se. Este recurso cerebral para aupar nuestro bienestar se le denomina Neuroplasticidad. Y como el palabro es bastante científico, pues paso a explicarlo y a describir mi tesis sobre el como y el porque las relaciones amistosas adquieren tan fundamental importancia.

La Neuroplasticidad cerebral es la increíble capacidad del cerebro para reorganizarse, cambiar sus conexiones neuronales y su funcionamiento en respuesta a la experiencia, el aprendizaje, el desarrollo o incluso después de una lesión o daño cerebral. Esta habilidad permite que el cerebro se adapte a nuevas situaciones, forme nuevas redes neuronales para el aprendizaje y la memoria, y pueda recuperar funciones tras un problema. Leyendo las usuales comunicaciones medicas que recibo de la “American Medical Association" aprendo muchísimo sobre estos nuevos estudios del comportamiento cerebral en todas las edades. Y comparto lo que he aprendido, como siempre. Veo que ya se ha demostrado que la Neuroplasticidad ya no deja de producirse a partir de cierta edad como se creía. En estudios en personas de 90 años o mas se ha comprobado sin embargo y sorprendentemente, que esta Neuroplasticidad sigue existiendo. Y me digo: si nuestro cerebro es plástico, nadie tiene que tirar la toalla se tenga la edad que se tenga, pero sí hay que entender, que para que esa Neuroplasticidad siga produciéndose, es preciso mantener la ilusión por vivir y la confianza en si mismo para con los demás, buscando cosas que tengan sentido para nosotros. Y así, con una edad unas cosas tendrán ese sentido y otros diferentes sentidos cuando se avance a una superior edad. Suele suceder que cuando una persona cree que es demasiado mayor, esta creencia impacta en el nivel biológico cosa que hay que evitar a toda costa, impidiéndolo. Sentirse acompañado, querido, valorado. Cuando uno se perciba que se cree en él o en ella, su organismo liberará oxitoxina, que radicalmente corta el eje del estrés crónico, que es lo que realmente deteriora el ánimo del comportamiento, lo cual quiere decir que biológicamente, nuestro cuerpo necesita de la presencia de personas cercanas y es así que cuando nosotros, el humano ser, en su senectud se siente querido, con ello activa el sistema nervioso parasimpático, que es el mas grande regulador del sistema inmune, con su inmediata protección en contra de adquirir enfermedades y otras patologías tan comunes en las edades mayores y muchas veces en las jóvenes. Y es aquí donde entra mi opinión relacionada con la amistad y sus efectos en lo antes explicado. La amistad es un valor fundamental porque reduce nuestro miedo, nuestra soledad, nos hace sentirnos acompañados ante los desafíos, porque somos seres de encuentro, porque nos necesitamos enormemente los unos a los otros y porque en una palabra, la amistad es un tesoro. Me refiero a un amistad generosa, no a una amistad de te doy si tu me das, una amistad desprendida, te doy sencillamente porque tu me importas y si quieres devolverme en algo, lo haces y si no, solo por eso no dejaré de darte. La amistad tiene una extraordinaria importancia y de esta amistad que concibo es de la que ahora hablo. Si nuestra biología estuviera hecha para tirar la toalla a partir de cierta edad se habría demostrado que la Neuroplasticidad dejaba por ello de producirse y por ende de existir como motor bioquímico del sostén del bienestar de vida. Y así concluyo. Cuando me preguntan la edad, respondo que tengo la que están contemplando y creyendo y jamás prejuzgando los años sobre las ignotas incapacidades. Uno nace, crece y muere. Se llama ciclo vital. El cerebro, si se le cuida y se tiene la suerte genética de así tenerlo, manda y sobre todo regala la calidad de la vida que nosotros hayamos diseñado. La amistad es el alimento de esa vida cerebral. ¿Años? ¿Edades? ¿Y eso que es?.

Antes de salirme de estos asertos felicito a todos por el Año Nuevo (Roshashanaa 5875) deseando felicidad, salud y muchas ganas de seguir viviendo. !Shalom!

Lorenzo Piriz-Carbonell