SOLUCIÓN: LOBOTOMÍA

Lobotomización, una solución terapéutica, o una aberración clínica? El cine, como en tantas otras cosas nos ha marcado a todos en nuestra forma de ver y entender este tema, en las películas del oeste los malos siempre eran los indios, no hemos empezado a ver indios buenos hasta "Bailando con lobos", de Kevin Costner, un peliculón que nos hizo ver una realidad oculta por Hollywood durante años. Quizás en este tema, en algún momento, volvamos a tener la oportunidad de resetear nuestros convencimientos y volver a plantearnos el asunto sin prejuicios.

LORENZO PIRIZ-CARBONELL

Lorenzo Piriz Carbonell en Asociación la Tortuga de El Charco.

8/21/20255 min read

“Solución: Lobotomía”

Y al titular le añado: y punto final, problemas resueltos! Hoy el escrito va de la medicina y de lo que una parte de ella puede contribuir a que la Ley Penal de nuestra España se ayude un poco en eso de condenar criminales sin necesidad de dictar actas de resarcimiento social cuando cumplan condenas irrisorias y encima sigan delinquiendo. Leyes todavía ausentes pero que al final tendrán que ser aplicadas por necesarias. Después de éste preámbulo tan políticamente correcto (nobleza obliga) me tengo que explicar por lo expuesto y me explico comenzando con lo de la Medicina y sus experimentos probos. La Lobotomía cerebral es un tipo de neurocirugía que consiste en seccionar quirúrgicamente una o mas ramificaciones fasciculares nerviosas de uno de los lóbulos cerebrales preferentemente el lóbulo frontal. En ésta intervención se quita completamente ese particular elemento prefrontal. Como nuestro cerebro está dividido puede seccionarse el izquierdo o el derecho según lo que se persiga fisiopatologicamente para hacerlo y conseguirlo. La Lobotomía tiene su principio en muchas de las civilizaciones antiguas que buscaban con ello curar enfermedades cerebrales a través de la perforación de la cabeza conocida como craneotomía y una variante con la que se accedía al cerebro por vía orbicular o por el antro nasal.

Inicialmente estos médicos y curanderos de la antigüedad lobotomizaban por trepanación craneana, para así librar a las personas pacientes de espíritus malignos, comportamientos criminales inexplicables y para que no faltaran maldiciones de los dioses que así se podían exorcizar. Ya en nuestro nuevo mundo, en la folclórica Portugal un médico apellidado Muniz comenzó a practicar estas operaciones novísimas “para calmar comportamientos criminales y perversos que obstruyen la personalidad y atentan contra las costumbres sociales y razonablemente legalizadas por nuestras leyes vigentes, tanto morales como religiosas”.

Tenía y tiene sus riesgos porque con ello puedes dejar a la persona “impersonal”, pero con la perversidad enferma que lo hacía criminal o peligroso contra los demás o contra si mismo, acabando por desaparecer o mermando potencialmente y casi de manera instantánea. Como evidentes resultados un pederasta lobotomizado dejaba al punto de ser un destroza-infantes; un psicópata lobotomizado dejaba al momento de querer ser un sacatripas de ocasión porque una voz divina le dictaba hacerlo, para ya operado, convertirse en un ser lo mas parecido a un ciudadano algo dócil, pero integrado a su sociedad; un desquiciado acomplejado de nacimiento con intenciones de destruir todo lo que por su psicoacefalía prematura concebía como eliminable, por Lobotomia comenzaba a actuar como un ser humano común y corriente, educable y provechoso para su entorno social. La experiencia tuvo éxito , se hizo popular y médicamente aceptada, de tal manera que en 1949 al arriesgado luso Doctor Muniz le otorgaron el Premio Nobel de Medicina. A partir de ahí y como practica corriente las ansiedades desequilibradas e incontrolables, las autodestrucciones obsesivas, las depresiones con riesgo suicidas y otros tantos trastornos obsesivo- compulsivos, fueron los síntomas mas tratados y con éxito en su casi totalidad. Las conductas criminales en los asesinos convictos desaparecieron, las condiciones sexuales en los pederastas, violadores y demás acosadores de delitos indeterminados, se resolvieron eliminando tendencias incontrolables y deseos impetuosos tan desaforados como pervertidos en lo perverso. Su procedimiento quirúrgico estaba garantizado. Pero con el advenimiento de los tratamientos por psicoanálisis y químicas farmacológicas, aunque no con tan fiable resultado, las lobotomías pasaron a ser poco usadas, y en 1967, ya prohibirse o autorizarse en casos muy extremos. Clamaron que lobomotizar era cruento y casi bárbaro y lo sustituyeron por pastillas y divanes de psiquiatras. Y así la medicina cedió a una sociedad permisiva y bastante ignorante, para dejando de atacar el mal por sus frentes, prefirieron hacer poesía de sofás y pastillas a todo tren, que para eso desde el ácido Lisérgico, lo que era fantasía pura se convertiría en realidad real. Y en muchos casos ya se puede ver lo que se ha conseguido.

Y aquí termina la triste historia de la lobotomía que dejó de ser la solución para convertirse en el tabú. Pero yo quiero reflexionar sobre todo esto y viendo las consecuencias del actual comportamiento social con síntomas ya explicados anteriormente y asombrado de que se sigan permitiendo los mismos dislates todo porque la política buenista lo decide, pues quiero opinar y opino. A muchos fenómenos de delincuencia no solo sexual sino también de orígenes y desarrollos psicóticos, ya hay países que van optando por ponerle freno cuando ya las terapias clínicas en boga no surten efecto. Indonesia, Taiwán, Filipinas, Tailandia, Corea del Sur, Norteamérica, son países que ya han incluido dentro de sus códigos penales la lobotomía como ultima opción para paliar estas enfermedades cuando se convierten en peligros sociales. Sus legislaciones van aunadas a un proceso de aceptación o trueque. Menos años de prisión o entera libertad condicional a cambio de someterse a este tratamiento. No es forzoso, es opcional. Es democrático, nunca dictatorial. Los diversos Colegios Médicos ya comienzan a evaluarlo como la final vía de parar al monstruo que la farmacología ya ha probado no poder eliminar. No creo que en nuestra España se llegue nunca a permitir porque somos maniqueamente buenos. Los malos son los que para destruir la “libertad y albedrío personal” intentan aborregar a estos pacientes, que se les trate con un antiguo procedimiento que daba resultado pero que entre la mala prensa (la de siempre) y las opinión de políticos que poco enterados estaban, convirtieron en tabú y vade retros, una terapia que hoy por hoy ayudaría legalmente a terminar de cuajo con las enfermizas mentalidades que cometen crímenes a destajo para luego ser comprendidos y perdonados y sueltos de nuevo para repetir lo que en su “sin razonamiento” o con él, no pueden evitar. Yo propongo la mejora de nuestra convivencia social aplicando leyes que nos protejan sea la forma que sea. No le podemos quitar las armas al ejército porque siempre estaríamos perdiendo las guerras. Me queda la esperanza de que volvamos a razonar y construir leyes que nos defiendan de estos delincuentes por enfermedad. Los catarros se curan, hasta el cáncer se trata a veces con éxito, pues de igual manera las psicopatías y perversiones han de pasar por lo mismo. ¿Qué el tratamiento es crudo? Pues si, pero peor es que te violen, o te corten el cuello, o a tus hijos los destruyan para toda la vida pudiéndose estas tropelías evitarse. Lobotomía, si, igual que la quimioterapia, o el Radium, o la amputación de una pierna cuando la diabetes ha hecho sus estragos. Doloroso pero eficaz. Y como nuestra sociedad está intoxicada con el bicho de la ignorancia, pues leyes inexorables y a aplicarlas. A ver si empezamos a reconstruir un mundo mejor. ¿Podrá ser verdad?

Lorenzo Piriz-Carbonell